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Entrevista El Correo: Yo voté sí a la restauración de la Macarena y estuve al lado de la Junta de Gobierno pese a la gestión

El candidato a hermano mayor presenta una propuesta con la que impulsar al patrimonio y “devolverle la Hermandad al hermano”

A Fernando Fernández Cabezuelo (Sevilla, 1964) le brillan los ojos cuando habla de la Macarena. Este macareno, último eslabón de ocho generaciones de hermanos, decidió dar un paso al frente y presentarse a dirigir la corporación en un momento muy delicado para la Hermandad. Insiste en que lo hizo animado por el apoyo que recibió. Durante la entrevista con El Correo de Andalucía, este empresario agrícola en una compañía familiar saluda a izquierda y derecha a quienes pasean por las inmediaciones de la Basílica, alguno incluso se declara a voz en grito votante suyo. Quedan menos de diez días para las elecciones y tiene por delante una agenda cargada de entrevistas y actos, tanto es así que admite que a las 6:00 ya está haciendo llamadas de trabajo para poder dedicarse a la Hermandad el resto de la jornada.

PREGUNTA. ¿Qué pensó cuando vio a la Macarena tras la intervención de los profesores Arquillo?

RESPUESTA. Fue una sensación terrible, muchísimo dolor, muchísima pena, muchísima preocupación y muchísimo llanto. En ese momento no sabía si iba a volver a poder ver esos ojos en los que desde que nací estoy dentro de ellos. Llegué temprano y los hermanos llegaban alterados, muy cabreados, llorando, incluso agresivos. Me dediqué toda la mañana a calmarlos, a tener confianza en la vida. Tenemos que tener la confianza de que va a volver tal y como nos la dejaron a nuestros antepasados y como nosotros estamos obligados a dejarla.

P. ¿Qué pasó aquel día? ¿Cómo valora la gestión que se hizo?

R. Yo viví las actuaciones de mantenimiento y conservación que se le hicieron durante la Junta de Manuel García y yo estuve al lado de la Virgen todos los días y casi todo el tiempo, si hubiera visto cualquier cosa rara lo hubiera parado. No entiendo cómo la Virgen se puede sacar al culto en esa circunstancia y con esa cara deformada y mucho menos entiendo que, una vez que la Virgen se ha sacado el culto, ¿cómo se puede cerrar la Basílica una hora antes para volverla a tocar sin permiso del cabildo de hermanos y cómo por la noche, no contentos con lo que habían conseguido, se contrata una persona de la que no se dan explicaciones ni de contrato, ni de informe ni nada y sin el permiso de los hermanos?

P. Ha sido el candidato más crítico con la gestión actual.

R. No he sido crítico para nada, en absoluto. Durante estos ocho años no he sido oposición ni nada, siempre he estado al lado de la Hermandad y de la Junta de Gobierno. Este proyecto surge de un grupo de hermanos que se reúnen conmigo porque quieren que yo abandere este proyecto, porque la excelencia y el ser el espejo de las hermandades del mundo lo estábamos perdiendo. Puntualmente, he dicho que la gestión no me ha gustado; pero después, cuando llegó la hora de la votación para la restauración, yo voté que sí y estuve ahí al lado de la Junta de Gobierno, aunque no estuviera de acuerdo en la gestión. Lo que sí tenemos claro es una cosa: somos la única candidatura que no es continuista, las otras dos salen de la actual Junta.

P. La Hermandad se encuentra en una situación complicada, ¿qué hará para recuperar la unidad?

R. Hemos pedido la unidad, tender la mano y que hubiera una sola candidatura. Somos la única que, de verdad, ha peleado porque haya una candidatura, pero no lo hemos conseguido. He hablado con los otros dos candidatos y estamos haciendo una campaña electoral en la que no se está criticando nada, nos estamos limitando a hablar de nuestro proyecto. Me he ofrecido a ellos para que, si nosotros somos la candidatura elegida, les tenderemos la mano a los dos para que gobernar la Hermandad entre los tres. Si no somos los elegidos, nos vamos a poner a servicio de la de la candidatura que voten los hermanos.

P. ¿Usted a quién representa?

R. A los hermanos que viven la Hermandad, a la mayoría. Y a muchos hermanos que no la viven, que cuando han venido en vez de sentirse en casa y ser felices, en los últimos años se han sentido distanciados, que cada vez que han entrado les han reñido. En estos años no he podido venir con mi padre, que tiene 92 años, y sentarme en el banco en el besamanos y rezarle los dos, hablar con ella. Esa lejanía es la que los hermanos han denunciado. Queremos devolverle la Hermandad a los hermanos.

P. La Hermandad ha aprendido mucho este año sobre la importancia del patrimonio, ¿qué ideas tiene en esta materia?, ¿cuál es su gran proyecto?

R. Tenemos un programa muy amplio de patrimonio. Algunos han dicho incluso que de dónde vamos a sacar dinero, pero las cosas están estudiadas. Queremos recuperar la excelencia, para hacer el palio vamos a los mejores y para hacer los cuatro mantos de camarín que queremos, también vamos a los mejores. De esos cuatro mantos de camarín tengo ya tres donantes. Y para la túnica del Señor también tengo donante. El patrimonio en los últimos años se ha deteriorado. El proyecto estrella es el palio de la Virgen, queremos hacer una réplica siguiendo los dibujos y las calidades originales. La idea es que el último año de esta legislatura el palio se estrene entero nuevo.

P. La Macarena es la Hermandad que más dinero genera, ¿qué plantea para el área de caridad?

R. La Hermandad tiene una buena asistencia que vamos a continuar. Aunque somos una Hermandad universal, nosotros queremos volver a mirar al barrio. La asistencia tiene que ir a un primer círculo, atender perfectamente a los hermanos y que un grupo de voluntariado vaya a buscar al hermano necesitado. Una vez que tengamos los hermanos atendidos, vamos a los feligreses y terminaremos con el barrio: vamos a llegar hasta Macarena Norte y a los sitios de los que se ha hablado de una futura misión. Vamos a coger al hermano, lo vamos a atender, lo vamos a escuchar, se va a sentir querido y vamos a ver sus necesidades para derivarlo a un proyecto o a otro, incluso a los que viven fuera de Sevilla.

P. ¿Hay demasiados nazarenos?

R. La Hermandad tiene muchísimos nazarenos, más de 4.500, pero nunca es demasiado. Además, nuestra candidatura está totalmente en contra de los numerus clausus. Queremos ver la comodidad, el bienestar y la seguridad del hermano. El hermano cuando entra por esa puerta tiene que entrar en su casa, se tiene que sentir como en su casa y tiene que ser feliz.

P. ¿Cómo gestionará el cortejo en la calle?

R. Vamos a recuperar la excelencia en las relaciones con el Consejo y con las hermandades de la Madrugá. Estamos a la espera del anuncio que ya ha hecho el presidente del Consejo de que puede haber una ampliación en el horario o un adelanto. El Consejo ha dicho que quiere también poner una limitación a los hermanos, pero ahí no vamos a estar. Vamos a defender el no al numerus clausus, salvo que la autoridad eclesiástica nos lo imponga. Vamos a apretarnos lo que tengamos que apretarnos. Vamos a tratar de ponernos de acuerdo con las demás, este esfuerzo tiene que ser de todos, de los de capa y de los de negro. Si nosotros tenemos que ir a cuatro, que vayan a cuatro también todos.

P. ¿En quién piensa cuando piensa en la Macarena?

R. Desde mi cuna me enseñaron a quererla. Últimamente, pienso en mi madre, que se fue hace un año, y en mi abuelo, que me cuidó de nazareno desde chico. Pienso en todos los macarenos que están en la otra orilla y que yo lo veo reflejado en los ojos de la Virgen, en los ojos de la Virgen está la vida, los ojos de la Virgen reflejan a Dios. Últimamente pienso también en mi padre, que tiene 92 años, con el que como cada día. Todos los días me habla de la Virgen y me pregunta cuándo van a terminar con la Virgen, cuándo va a volver la Virgen. Estoy deseando que vuelva.

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