LA VIRGEN MARÍA, ESTRELLA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
La Nueva Evangelización que quieres
El Evangelio nos presenta a la Virgen María como la primera discípula misionera. Ante el saludo del Ángel Gabriel, Ella responde: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). En ese instante comienza también la historia de la salvación por todos nosotros, porque, como afirma San Ireneo, «el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María».
Nuestra Hermandad, consagrada a la Esperanza, desea vivir esa misma obediencia que acoge, confía, acompaña y anuncia. Todo lo que somos quiere nacer de su corazón, la Madre de la Iglesia, tal como la proclamó Su Santidad el Papa Pablo VI.
Una Hermandad que aprende de la Virgen a adorar y a contemplar
UNA HERMANDAD QUE NACE
DEL SÍ DE LA VIRGEN
Un Culto que conduzca al encuentro con Cristo, como en Caná de Galilea, cuando la Virgen nos dice: «Haced lo que Él os diga».
Un Culto en el que la belleza y la solemnidad eleven el alma, siguiendo las palabras de San Juan Pablo II: «María es la pedagogía de la belleza que conduce a Cristo».
Un Culto que proclame la Esperanza, celebrando con especial amor la Concesión de la Rosa de Oro por Su Santidad el Papa Francisco, signo de la ternura de la Iglesia hacia nuestra Madre.
Formación cristiana: conocer a Cristo desde el corazón de su Madre
Su Santidad el Papa Benedicto XVI explicó que aprender de María significa «entrar en la escuela de la fe pura y total», y Su Santidad el Papa Pablo VI afirmó que «no hay verdadera formación cristiana si no está impregnada del amor a la Virgen».
Por ello, desde nuestra candidatura deseamos promover una formación:
Bíblica, porque Ella es la Mujer del «sí» a la Palabra.
Eclesial, pues Ella «engendra a Cristo en los corazones de los fieles» (San León Magno).
Vibrante y misionera, ya que María se pone en camino con prontitud para servir a Isabel (Lc 1,39).
La caridad de María: Casa de la Esperanza
Cuando Jesús nos dice en el Evangelio: «Todo lo que hicisteis con uno de estos mis pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,40), nos consuela saber que la Virgen fue la primera en vivir plenamente estas palabras. Ella estuvo junto a los humildes de Nazaret, junto a los pastores de Belén y junto a los descartados de la historia. San Juan Crisóstomo enseña que «no hay culto más agradable a Dios que el amor al pobre». Ese es el espíritu de la Casa de la Esperanza, donde:
La caridad será el rostro concreto de la Madre.
Los hermanos aprenderán a mirar como María, que «no pasa de largo ante la necesidad» (Su Santidad el Papa Francisco).
La Hermandad se convertirá en un hogar para los vulnerables, evitando que sean tratados como un número y buscando tocar en cada uno de ellos el rostro sufriente de Cristo.
Además, el voluntariado con instituciones de profunda trayectoria cristiana permitirá que nuestros jóvenes vivan la caridad como la vivió la Virgen: rápida, silenciosa, humilde y gozosa.
Las Hermanas de la Cruz, Madrinas de la Coronación Canónica: María hecha servicio
Si hay un lugar en la ciudad de Sevilla donde la caridad se hace carne, ese es el Convento de las Hermanas de la Cruz. Ellas encarnan de manera singular las palabras del Evangelio: «El que quiera ser el primero de todos, sea el servidor de todos» (Mc 9,35).
Santa Ángela de la Cruz comprendió que la Virgen no solo contempló a Cristo, sino que lo tocó en cada pobre, en cada enfermo y en cada alma herida. San Basilio enseñaba que «cuando ves a un pobre, ves a Cristo», y las Hermanas de la Cruz —desde hace 150 años, como celebramos en este Año Jubilar con motivo de la fundación de la Compañía de la Cruz — viven esta verdad con un amor humilde, profundo y ejemplar para todos nosotros.
Su vida es:
El silencio de Nazaret
Para nuestra candidatura, ellas son madres, maestras y hermanas. Deseamos que su carisma impregne nuestra evangelización, nuestra caridad, nuestras celebraciones y toda nuestra vida espiritual. Su Santidad el Papa Francisco afirma que «la santidad humilde sostiene el mundo» (Gaudete et Exultate, 7). Las Hermanas de la Cruz sostienen a Sevilla, y nosotros queremos caminar siempre a su lado.
Vocaciones que nacen bajo el manto de la Santísima Virgen
«Ven y sígueme» (Mc 1,17). La Virgen despierta en cada joven el deseo profundo de seguir a Jesucristo y nos anima a recorrer el camino de santidad al que el Concilio Vaticano II nos llama. De manera especial, dirigimos nuestra mirada a las vocaciones sacerdotales, recordando —como enseña Su Santidad el Papa Francisco— que cada vocación es una obra de la ternura de Dios.
Acompañar a los jóvenes y atender a nuestro Seminario Metropolitano en todas sus necesidades es sembrar esperanza en cada vida entregada, para que «Dios, que comenzó en ellos la obra buena, la lleve a término».
María en la era digital: evangelizar a través de las redes sociales
Luminosa es la enseñanza de Su Santidad el Papa Francisco: «Las redes sociales pueden ser un lugar de encuentro donde compartir valores y construir comunidad». Y añade: «No basta ocupar los espacios; hay que evangelizar habitándolos con el corazón de Cristo».
Nuestra candidatura propone que la Hermandad de La Macarena evangelice a través de las redes sociales desde una espiritualidad mariana, procurando:
- Ser presencia de ternura, como la Virgen María en la Visitación.
- Compartir palabras que consuelen, iluminen y edifiquen, nunca que dividan.
- Mostrar la belleza del Evangelio con creatividad, sencillez y profundidad.
- Hacer de nuestras redes una prolongación de la Casa de la Esperanza: un espacio de refugio, paz y anuncio.
Desde el camarín, una Hermandad misionera
Deseamos que nuestra Hermandad sea, en medio de la sociedad, esa estrella que señala a Cristo:
- En el Culto que nos une.
- En la Formación que ilumina.
- En la Caridad que transforma.
- En la vida de las Hermanas de la Cruz que inspira.
- En las redes sociales que conectan corazones.
- En la misión que nos envía: «Id y haced discípulos» (Mt 28,19).
Que la Virgen de la Esperanza nos enseñe a evangelizar con humildad, entrega y alegría, y nos conceda la gracia de llevar a Cristo en nuestra vida para llevarlo a la vida de tantos hermanos, devotos y feligreses que lo necesitan de tal manera que en nuestras realidades seculares se cumpla el deseo de esta candidatura a Junta de Gobierno: «Que quien te mire, la vea».
