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Diseño y ejecución de un nuevo Terno compuesto de saya y Manto para Nuestra Señora del Santo Rosario, y Túnica para el Niño Jesús Dormido, tomando como referencia piezas bordadas del Siglo XIX de destacados Bordadores. Sustitución de la Blonda perimetral del Manto Procesional rojo, diseñado y bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1914 y nuevos Mantos de Camarín de seda espolinada y brocatel.
La devoción en torno a la Virgen del Rosario ha desempeñado un papel fundamental en el devenir histórico de nuestra Hermandad. La Hermandad del Santo Rosario de la Parroquia de San Gil Abad fue fundada en 1704, con licencia del Prior del Convento de San Pablo, y se rigió desde sus inicios por las Reglas del Rosario de Santa Catalina.
Se tiene constancia de cultos en honor a la Santísima Virgen anteriores a 1728. La primera salida procesional de la Imagen tuvo lugar el 1 de noviembre de 1783, marcando un periodo de especial esplendor en la collación de San Gil.
El 24 de mayo de 1792, el Real Consejo de Castilla aprobó la fusión de la Hermandad del Rosario con la Hermandad de Penitencia. Posteriormente, el 31 de enero de 1793, fueron ratificadas sus Reglas. Desde entonces, la Virgen del Rosario se ha consolidado como uno de los principales referentes devocionales para los hermanos macarenos.
Durante las últimas décadas, ha sido habitual en nuestra Hermandad la cesión del ajuar textil entre nuestras dos Sagradas Titulares marianas: Nuestra Señora del Santo Rosario y María Santísima de la Esperanza Macarena. Sin embargo, ambas Imágenes presentan diferencias en sus proporciones, tanto en altura como en la estructura del candelero, por lo que las prendas deben adaptarse a estas particularidades.
Como consecuencia de estas cesiones, el uso compartido de sayas entre ambas Imágenes provoca un desgaste en el soporte textil, lo que no favorece su adecuada conservación. Lo mismo ocurre con los mantos que se intercambian entre ambas Imágenes.
La Virgen de la Esperanza suele lucir el manto celeste que fue diseñado y ejecutado expresamente para Nuestra Señora del Santo Rosario, estrenándose el 28 de mayo de 1964 durante el Solemne Triduo Preparatorio con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza. Por ello, la Virgen de la Esperanza suele presentarse con este manto en la celebración de la Solemne Función Conmemorativa de la Dedicación de la Basílica y de la Coronación Canónica.
Sin embargo, debido a las diferencias entre las proporciones de ambas Imágenes, el manto celeste resulta visiblemente corto para la Virgen de la Esperanza. De manera contraria, cuando nuestra Sagrada Titular letífica luce mantos pertenecientes al ajuar de la Virgen de la Esperanza, estos resultan excesivamente largos.
Con el objetivo de garantizar una óptima conservación del ajuar textil de nuestras Sagradas Titulares, nuestra candidatura propone no continuar con la cesión de prendas entre ambas imágenes. En consecuencia, se ampliará el ajuar de camarín tanto de la Virgen de la Esperanza como de la Virgen del Rosario.
Para enriquecer la variedad estilística en cuanto a bordados y diseños que atesora nuestra Hermandad, planteamos el diseño y ejecución de un terno completo, compuesto por saya y manto para Nuestra Señora del Santo Rosario, así como una túnica para el Niño Jesús Dormido. Estos diseños tomarán como referencia piezas bordadas del siglo XIX, obras de destacados autores como Francisca de Paula Zuloaga Sánchez, Manuel María Ariza Campelo o Patrocinio López García, reconocidos por el uso de una ornamentación vegetal muy detallada y de pequeño tamaño, con una gran riqueza técnica.
Proponemos confeccionar el terno sobre un soporte blanco con un sutil matiz melado, tonalidad inédita en los mantos bordados de la Hermandad. El color blanco simboliza la pureza y la virginidad de la Virgen María.
El diseño del manto incluirá una amplia guardilla o cenefa perimetral, mientras que el campo central estará decorado con un salpicado de flores alusivas a la Santísima Virgen, a la advocación del Rosario y al barrio de la Macarena, de origen hortelano, cuyas flores solían adornar las andas procesionales de la Virgen del Rosario.
Entre estas flores se incluirán ramilletes de rosas, vinculadas a la advocación del Rosario, ya que la palabra “rosario” significa “corona de rosas”. De hecho, cada Ave María rezada es interpretada como una “rosa” ofrecida a la Virgen María, y un rosario completo se concibe como una “corona de rosas” en su honor. Asimismo, se incorporarán ramilletes de azucenas, jazmines, geranios, tulipanes, violetas, claveles y caléndulas, completando un conjunto floral de gran significado simbólico.
Por otra parte, y con el firme propósito de enriquecer el ajuar textil de Nuestra Señora del Santo Rosario, proponemos sustituir la blonda perimetral del manto procesional rojo, bordado y diseñado por el bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1914, por una de mayor riqueza.
Además, para mejorar el ajuar de camarín y reemplazar mantos de escasa calidad, se confeccionarán mantos de seda espolinada y/o brocatel de realce, elaborados con materiales textiles de alta calidad, rememorando las añejas estampas de las Glorias sevillanas.
Todas estas propuestas tienen como eje principal el enriquecimiento y puesta en valor del patrimonio textil de Nuestra Señora del Santo Rosario, mediante un proceso que identifica sus necesidades y las satisface, siempre supervisado por asesores artísticos debidamente acreditados.